Del 22 al 28 de abril, se conmemoró la Semana de los Trastornos Gastrointestinales Funcionales, que en los lactantes tienen en común signos y síntomas como la irritabilidad, frecuentemente acompañada por llanto, en ocasiones inconsolable. ¿Qué los origina? ¿Hambre? ¿Dolor? ¿Gases? ¿Una enfermedad? La búsqueda de respuestas a estas preguntas es el principal motivo de consulta pediátrica.
Cólicos: Son cuadros transitorios y de resolución espontánea que se expresan como llanto inconsolable; tienden a ocurrir por la tarde-noche y empezar y terminar sin causa aparente. Suelen comenzar en el primer o cuarto mes de vida y, en general, se resuelven a los 4 ó 5 meses.
Las cifras varían según diferentes estudios, pero se considera que la regurgitación afecta a cerca del 30% de los lactantes; los cólicos, al 20%, y la constipación, al 15% Por lo tanto, durante los primeros 6 meses de vida, cerca de la mitad desarrolla algún trastorno de este tipo.
Respecto del origen de estos trastornos gastrointestinales funcionales, existen factores genéticos, culturales, ambientales y psicosociales que intervienen en la alteración de la motilidad gastrointestinal, en la composición de la microbiota intestinal y, por lo tanto, en el eje intestino-cerebro, que consiste en la comunicación bidireccional entre el tracto digestivo y el sistema nervioso central, donde la microbiota intestinal cumple un papel crucial.
Para conocer más al respecto, dialogamos con la doctora Ingrid Gerzon, quien es especialista en microbiota y trastornos intestinales funcionales.
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