Se estima que la dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel, afecta a uno de cada 10 argentinos. Es muy común en los niños, pero los especialistas afirman que puede aparecer en cualquier momento de la vida, como la adultez. La enfermedad se caracteriza por brotes frecuentes, picazón intensa, irritación, dolor, enrojecimiento, costras e infecciones y las lesiones pueden ubicarse en la cara, el cuero cabelludo, las orejas, el dorso de las manos y las zonas de flexión de las extremidades.
En
la dermatitis atópica intervienen factores genéticos, ambientales, alteraciones
inmunológicas y problemas en la función de barrera de la piel. Existen otras
enfermedades desencadenadas por el mismo proceso inflamatorio y es muy
frecuente que coexista con diferentes afecciones alérgicas.
Actualmente
existen varias herramientas y opciones de tratamiento aprobadas para esta
enfermedad, desde medicación oral hasta terapia biológica. Estas alternativas
están dirigidas a mejorar las manifestaciones de la piel, a reducir y controlar
la picazón y prevenir las exacerbaciones.
Esto
debe acompañarse de otros recursos como la identificación de factores
desencadenantes y agravantes y una adecuada información sobre el cuidado de la
piel y las expectativas basadas en el conocimiento de la enfermedad. Y tener en
cuenta que el tratamiento debe ser personalizado para cada paciente.
La
picazón, principal síntoma de la enfermedad, no es un aspecto menor, las personas
a las que la piel les pica en forma crónica e intensa (que sucede en contextos
o situaciones imposibles de controlar como la escuela, el trabajo, en el
transporte público, en un evento social o al intentar dormir) tienen el triple
de posibilidades de desarrollar depresión y el doble de experimentar ansiedad.
Escuchamos
en este episodio a la Dra. Adriana Bassotti, médica Dermatóloga…
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