La esclerodermia, también conocida como esclerosis sistémica, es un grupo de enfermedades raras que implican endurecimiento y tirantez de la piel. También puede causar problemas en los vasos sanguíneos, los órganos internos y el tracto digestivo.
La esclerodermia
suele categorizarse como limitada o difusa, lo que hace referencia al grado de
afectación de la piel. Ambos tipos pueden incluir cualquiera de los otros
problemas vasculares o en los órganos. La esclerodermia localizada, también
conocida como morfea, solo afecta la piel.
Aunque no existe cura para la esclerodermia, los tratamientos pueden aliviar los síntomas, retrasar el avance y mejorar la calidad de vida.
Los signos y síntomas
de la esclerodermia varían de una persona a otra según las partes del cuerpo
que estén afectadas.
Casi todas las
personas que tienen esclerodermia presentan endurecimiento y tirantez de la
piel.
A menudo, las
primeras partes del cuerpo que se ven afectadas son los dedos, las manos, los
pies y la cara. En algunas personas, el engrosamiento de la piel también puede
presentarse en los antebrazos, la parte superior de los brazos, el pecho, el
abdomen, las partes inferiores de las piernas y los muslos. Los síntomas
tempranos pueden incluir hinchazón y picazón. La piel afectada puede tornarse
de un color más claro u oscuro, puede parecer brillante a causa de la rigidez.
Algunas personas
también presentan manchas rojas pequeñas, llamadas telangiectasia, en las manos
y la cara. Se pueden formar depósitos de calcio debajo de la piel,
especialmente en las puntas de los dedos, lo que genera bultos que pueden verse
en las radiografías.
En este episodio
escucharemos a la Dra. Fernanda Guzzanti de la Obra Social de empleados públicos
(OSEP)