Cada año en Argentina mueren aproximadamente 3800 personas en incidentes viales y para prevenirlas existe legislación y conciencia de la comunidad. En cambio, cerca de 45 mil (1 cada 15 minutos) fallecen por año por muerte súbita (aquella que se produce de forma natural, repentina e inesperada, la mayoría de las veces por causa cardiovascular) y también existe legislación sancionada y reglamentada para su prevención.
Sin embargo, desde la Fundación Cardiológica
Argentina y la Sociedad Argentina de Cardiología reclaman que prácticamente no
se cumple, que muchas provincias no adhirieron a la ley y que una ínfima
porción de la población está entrenada en maniobras de Reanimación
Cardiopulmonar (RCP) para asistir a alguien que sufre un paro cardíaco fuera de
un centro asistencial, como sucede la mayoría de las veces (suele ocurrir en el
hogar, en el trabajo o en la vía pública).
Hoy está vigente y reglamentada la ley N°
27.159 de prevención integral de la muerte súbita, que establece que los
lugares públicos y privados de acceso público con concentración o circulación
superior a 1000 personas por día deberán contar con al menos un desfibrilador
automático externo y personas entrenadas en RCP, aunque solo algunos pocos
lugares aislados cumplen los requisitos y muy poca gente está entrenada en
maniobras de RCP.
La Dra. Salvati sostuvo que solo la
Reanimación Cardiopulmonar (RCP) iniciada de forma inmediata y el acceso a un
desfibrilador externo automático (DEA) pueden cambiar el pronóstico: “si la
persona es asistida durante el primer minuto, tiene entre el 70 y 80% de
chances de llegar con vida al centro asistencia; chances que van disminuyendo
un 10% con cada minuto que se demora el inicio de las maniobras de RCP. Además,
a partir de los tres minutos de ocurrido el paro cardíaco, la falta de aporte
de oxígeno al cerebro provoca un daño irreversible, si la víctima no fue
asistida con las compresiones torácicas para mantener la circulación de la
sangre”.
Escuchamos en este episodio a la Dra. Ana
María Salvati, Médica cardióloga y presidente de la Fundación Cardiológica
Argentina.