La funcionaria y activista se refirió al fallo de la Corte Suprema de Justicia que respalda la decisión del Arzobispado de Salta de no reconocer su identidad de género en su acta de bautismo.
El
20 de abril la Corte Suprema de Justicia comunicó a Alba Rueda, representante
especial de Argentina sobre Orientación Sexual e Identidad de Género en el
Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto que había
rechazado el pedido de rectificar la identidad de género en sus registros de
bautismo y confirmación emitidos por el Arzobispado de Salta.
Lo
hicieron a través de un fallo unánime firmado por los jueces Horacio Rosatti,
Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti quienes
confirmaron el fallo anterior donde se rechaza el habeas data presentada por
Rueda contra el Arzobispado de Salta.
«Es
una negativa muy grave y muy regresiva de la Corte Suprema. Plantea una
cuestión limitante sobre dos aspectos fundamentales: una es la identidad de
género y otra es la libertad religiosa», dice a Alba Rueda.
Cuando
la Iglesia rechazó el pedido de Rueda, ya se habían pasado 8 años de la
aprobación de la Ley 26743 de identidad de género.
El
fallo de la Corte afirma que los argumentos de Alba Rueda no son entendibles
porque la intervención de los jueces «socavaría el espíritu del Concordato y la
neutralidad religiosa prevista en el texto constitucional argentino». También
rechazaron la solicitud de la activista de declarar inconstitucional la ley
17.032 que aprobó el Acuerdo entre la Santa Sede y la República Argentina de
1966, y del propio acuerdo, llamado Concordato de 1966.
«Es
grave porque les niega a las personas trans la posibilidad de ejercitar su
derecho a la libertad religiosa en el marco de su identidad de género», agrega.
Escuchamos
a Alba Rueda en este episodio.
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