Ante un diagnóstico de una enfermedad oncológica y previo al inicio del tratamiento, los médicos tenemos la obligación de informarles a los pacientes sobre la posibilidad de preservar la fertilidad mediante las técnicas de preservación de gametas; luego será resorte de cada paciente el
uso o no de esta opción’. La afirmación corresponde a los oncólogos convocados en el encuentro médico internacional denominado ConCiencia Latam 2024, que se desarrolló en Mendoza.
Con motivo de esa actividad dialogamos con la doctora María Natalia Tarducci Bonfiglio, médica especialista en Medicina Reproductiva, encargada de la Unidad de Oncofertilidad de Procrearte Red de Medicina Reproductiva, “la fertilidad puede verse alterada por los distintos tratamientos médicos como la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia y las terapias de precisión, pero siempre en el caso de las medicaciones, dependerá de la frecuencia de administración y de las dosis. También influyen la edad (en la mujer, a mayor edad, menor reserva ovárica) y el estado de salud general del paciente”.
“Por ejemplo, si una mujer de 35 años tiene un diagnóstico de cáncer de mama, es muy probable que ya de por sí presente una disminución de la reserva ovárica o de su función ovárica por la edad. Entonces, aunque reciba menos dosis, la alteración puede ser significativa”, consignó la Dra. Tarducci Bonfiglio.
El congelamiento de óvulos o de gametas masculinas, técnicamente denominado vitrificación de ovocitos y criopreservación de semen, está cubierto por el sistema de salud (obras sociales, prepagas o el sistema público) por la Ley n° 26.862 de ‘Reproducción Técnicamente Asistida.
El único requisito es enfrentar una enfermedad oncológica en cuyo desarrollo -o a consecuencia del tratamiento- pueda verse afectada la fertilidad del individuo. Sin embargo, mucha gente lo
desconoce e inclusive algunos médicos se enfocan en los pormenores inmediatos del abordaje de la enfermedad y no le transmiten al paciente esta posibilidad.
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