La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) recomendó que la lactancia sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé y, a partir del 6° mes, ir incorporando alimentos complementarios nutricionalmente adecuados y seguros, mientras continúa la lactancia hasta los dos años. También destacó los beneficios que esto trae para la salud del lactante y de la madre, al tiempo que invitó a combatir las barreras y prejuicios que existen para continuar amamantando después de los primeros seis meses del bebé.
En
un documento titulado ‘Lactancia natural, más allá de los seis meses’,
especialistas de la SAP señalaron que la leche humana previene infecciones
respiratorias y digestivas en los lactantes, reduciendo el riesgo de
hospitalización en un 57% y 76%, respectivamente, mientras que, a largo plazo,
disminuye el riesgo de sobrepeso en un 26% y de diabetes tipo dos en un 35%.
“La
leche humana no pierde sus propiedades con el tiempo y durante el segundo año
de vida puede suplir un tercio de las necesidades de proteínas”, destacó la
doctora Roxana Conti, médica pediatra y neonatóloga.
Conti,
quien es secretaria del Comité de Lactancia de la Sociedad Argentina de
Pediatría, agregó que la leche humana “varía en su composición a lo largo de la
lactancia, durante las distintas horas del día e incluso en cada toma,
adaptándose a las necesidades del lactante”. A nivel internacional, la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que la lactancia es la
“forma óptima de alimentar a los bebés, ofreciéndoles los nutrientes que
necesitan en el equilibrio adecuado, así como brindando protección contra las
enfermedades”.
Puntualmente,
la OPS señala en su sitio web que “amamantar por seis meses o más se asocia con
una reducción del 19% en el riesgo de leucemia en la niñez, comparado con un
período más corto o con no amamantar” y que “los bebés que son amamantados
tienen un 60% menos de riesgo de morir por síndrome de muerte súbita infantil,
comparados con los que no son amamantados”.
Por
otro lado, tanto la SAP en su documento como la OPS en su sitio web, sostienen
que la lactancia también ofrece beneficios para la persona que amamanta, ya
que, establecida con continuidad en el tiempo, reduce el riesgo de cáncer de
ovario y de mama.
“Siempre
que sea posible y/o haya deseo de la persona que amamanta, hasta los 6 meses
recomendamos que la leche humana sea el alimento exclusivo del bebé, para
incorporar -a partir de ese momento y de manera gradual- alimentos
complementarios adecuados, aumentando paulatinamente la cantidad, consistencia
y variedad”, indicó la doctora Vanina Stier, quien es médica pediatra y secretaria
del Comité de Pediatría Ambulatoria de la SAP.
“Entendiendo
la alimentación como un hecho cultural, es importante conocer costumbres,
tradiciones y posibilidades de cada grupo familiar”, afirmó Stier, quien
también aconsejó ofrecer los alimentos complementarios al bebé después de
amamantar, ya que así “los aceptará mejor y recibirá las calorías y nutrientes
que necesita”. Los especialistas de la SAP se refirieron, por otra parte, a las
barreras y prejuicios que existen para que las familias logren continuar con la
lactancia hasta los dos años de vida de los niños y, en este sentido,
mencionaron los resultados de la Encuesta Nacional de Lactancia (ENaLac) del
2022.
‘La
ENaLac es un estudio observacional de corte transversal realizado
exclusivamente en los efectores del subsistema público de salud en las 24
jurisdicciones de Argentina. En la última edición del 2022 se observó que
aproximadamente 9 de cada 10 niños de cero a seis meses de edad recibían
lactancia (91,7%) y la mitad lo hacía en forma exclusiva (53,2%); a su vez, el
porcentaje de lactancia exclusiva desciende a medida que aumenta la edad de los
lactantes, pasando de 53,5% a 44,6% en los niños de 2 y 6 meses,
respectivamente’”, detalló la Sociedad Argentina de Pediatría en el documento.
En
cuanto al mantenimiento de la lactancia cuando se inicia la alimentación
complementaria, los resultados de la ENaLac muestran que se logra en un 80,6%
en los niños y niñas de entre 12 y 15 meses, cifra 3 puntos superior a la
registrada por la misma encuesta realizada en el año 2017, que daba 77.8%.
Mientras
que el abandono de la lactancia registrado en dicho relevamiento es de un 8.5%
al 6to mes y del 18,7% entre los 12 y 15 meses. Respecto de los motivos
esgrimidos por las madres sobresalen ‘me quedé sin leche’, ‘el niño o la niña
dejó solo/a’, ‘se quedaba con hambre’, ‘tuve que salir a trabajar’ y ‘era muy
difícil amamantar y sostener mis otras tareas’.
La
ley nacional N° 26.873 de promoción de la lactancia materna establece que,
durante el primer año a partir del nacimiento del bebé, las madres tienen
derecho a dos pausas diarias -de media hora cada una en el sector privado y una
hora cada una en el público- para amamantar, pudiendo también no tomar esos
descansos y descontarlos de la jornada laboral, trabajando así menos tiempo
cada día. Incluso la norma establece que ese período de un año puede extenderse
por ‘razones médicas’.
Además,
la Dirección de Salud Perinatal y Niñez, a través del “Plan 1.000 días”,
recomienda la “instalación de un Espacio Amigo de la Lactancia (EAL) permanente
en todo ámbito de trabajo donde se desempeñen 20 o más personas con capacidad
de gestar o en edad fértil”.
La
doctora Romina Valerio, médica pediatra y Prosecretaria del Comité de Pediatría
Ambulatoria de la SAP, sostuvo que la lactancia “no es solo responsabilidad de
la persona que amamanta, sino que es una responsabilidad compartida con los
otros integrantes del grupo familiar, los empleadores y el estado, que pueden y
deben generar entornos favorables para continuar amamantando”.
Escuchamos
en este episodio a la Dra. Roxana Conti secretaria del Comité de Lactancia de
la Sociedad Argentina de Pediatría….
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